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23. Educación y Política: Antropología de la comunidad campesina salvadoreña

 

 Educación y Política:
antropología de la comunidad campesina salvadoreña
 
 
La formación del Corredor Social
 
Definimos como Corredor Social todas aquellas formas de organización interna que se generan en las comunidades y que por su naturaleza social se vinculan entre sí, obligando a la interdependencia de lo ideológico, lo politico y cultural fundamentado en la reproducción de sistemas de cargos civiles, políticos y religiosos. Lo que definimos como Corredor Social, contiene dos elementos fundamentales: 1) un sistema de redes inter/intra comunitarias que se generan a partir de la estructuración de pequeños núcleos de poder, algunos de ellos simbólicos y otros de tipo social, 2) un sistema en proceso de estructuración de resistencia social y de su espacio,  producto de la conformación de lideres que responden a sus propios valores ideológicos.
 
En el primer caso, la comunidad reconoce la importancia de la organización social, pero no la facilita, esto se debe al fenómeno histórico que después de 600 años de sojuzgamiento y 12 años de guerra, en buena medida pesan sobre cada una de las familias o sobre cada una de las personas que participan en el quehacer comunitario. Dicha condición de subordinación es importante porque a partir de la resistencia comunitaria a la organización social, los pequeños núcleos, sobre todo de jóvenes organizados, deben cumplir con una primera tarea de convencer a la colectividad y una segunda, de ser vinculo de articulación entre la unidad familiar, la comunidad y la sociedad externa, visto como sociedad externa todos aquellos agentes socioculturales, institucionales o económicos que se inserten en la localidad, por ello, pensar en los núcleos de trabajo comunitario implica la construcción de un grupo de poder que seguramente trascenderá las formas de organización tradicionales de los pobladores reagrupados por las circunstancias y organizados por la necesidad de legitimación social. Precisamente en función de la legitimación social, el sentido de la institucionalidad comunitaria requiere del reconocimiento colectivo y de la acción, vigilancia y control de las mismas personas que participan en el ejercicio de este reconocimiento.
 
El segundo elemento que señalamos resulta de igual importancia. Como dijimos antes, la resistencia comunitaria se establece a partir de la emergencia de líderes vinculados a una aparente actividad simbólica (proyectos de desarrollo comunitario, líderes políticos, promotores sociales, etc.) que les retribuye el reconocimiento comunitario. Ciertamente, el modelo de resistencia se va construyendo a partir del vínculo social y el espacio, de manera que cada comunidad construye sus formas de resistencia de acuerdo a su propia realidad y necesidad, por ello, en el caso de comunidades organizadas en directivas, asociaciones y otros, el espacio y lo social constituyen los elementos más importantes de su resistencia. En lo social, “está claro que los beneficios obtenidos de proyectos sociales convienen a la comunidad en dos sentidos: a) identificar su existencia y b) recibir un beneficio retributivo internamente para consolidar un sistema de valores y normas que medien entre el mundo exterior y el interno y equilibren los usos y costumbres generados o adoptados por los habitantes”[1] En cuanto al espacio, su función principal es consolidar un territorio tanto geográfico como ideológico ya que en virtud de lo ideológico, la comunidad se vulnera. A propósito de la vulnerabilidad contraída por la organización territorial, ésta puede explicarse por la composición plurisocial, pluriétnica y pluricultural de los grupos y familias asentadas en ese territorio. Si bien la mayoría de “unidades familiares convergen en el plano de la experiencia histórico-política, las nuevas demandas de la organización civil en los llamados estados “modernos” les impone nuevas reglas de medición territorio-familia”[2], esto es, una relación de carácter permanente y prospectiva del uso del territorio en donde el individuo o la familia adquieren niveles de identidad y etnicidad que rebasan su condición de subordinación y lo obligan a la actividad constante de su propio descubrimiento étnico.
 
Educación y Política: la institucionalidad
 
Al principio apuntamos sobre la importancia institucional de lograr un vínculo entre los individuos y las entidades comunitarias. Al respecto habremos de señalar algunas consideraciones. En primer término entendemos como acciones institucionales aquellas en las cuales el receptor (individuo) alcanza niveles de identificación con el emisor (institución) facilitando formas sistemáticas de interrelación hasta alcanzar niveles de identidad sistémica, esto es, asimilar los principios filosóficos del emisor. Una vez establecido el nivel sistémico, el receptor admite un estado de conciencia ideológica paulatina mediante la actividad constante que el emisor realiza con su entorno empírico y adopta en última instancia todas aquellas normas y conductas que se deriven del orden establecido por el sistema.  En segundo término, el elemento substancial de la institucionalidad aparece a través del estado de conciencia. La conciencia en este caso, no es más que un determinio de la acción, es decir, un proceso traslucido que se forma en la relación entre individuo-individuo y cuya tolerancia se logra por medio de la institucionalidad. Llegado este momento, el individuo representa la colectividad y los valores colectivos trascienden sobre los propios, ese es el momento cumbre que toda institución pretende alcanzar.
 
En el caso que nos ocupa, ciertamente se manifiestan compromisos individuales que no pasan de la forma reglamentaria de la actividad, misma que debe superarse en los términos antes planteados. El facilitador o agente sistémico debe insertarse a la actividad desde la aprobación colectiva que proporciona el grupo local en donde trabaja. Las razones son simples, en la medida que opera el reconocimiento del grupo hacia el individuo, los niveles de vinculación se aceleran en tanto la colectividad observa al individuo (facilitador) como agente institucional y por tanto como enlace indispensable entre la institucionalidad y sus acciones., por tanto, el cumplimiento del concepto de lo institucional y la institucionalidad dependerá de los mecanismos de identidad que el concepto alcance y en la cual el individuo se considere representado.
 
Ciertamente todas las actividades que los seres humanos realizamos comprenden una actividad privada, empero, el estado crea una sociedad civil que se contrapone en si misma por su carácter publico, de ahí la contradicción entre lo publico y lo privado.  Si el estado moderno quisiera terminar con la impotencia de su administración se vería obligado a destruir las condiciones presentes de la vida privada. Y si el estado deseara terminar con esas condiciones de la vida privada, tendría que poner fin a su propia existencia, puesto que la razón de ser está en relación a los intereses privados”[3]. Siendo el estado en sí mismo una forma de institucionalidad de aparente organización de una sociedad civil libre de su actividad politica (ideología, producción, valores, etc.) significa que también el individuo constituye en sí mismo una forma de institucionalidad, la cual se alcanza en las formas, funciones, valores y normas que el individuo ocupa en la entidad en la que se desplaza.  En el marco del carácter privado que adquieren las acciones del individuo, la educación se expresa en dos dimensiones: a) el tipo institucional que el estado civil proporciona y b) el tipo simbólico-supraracional que el individuo reproduce de su propio estado de conciencia. En el primer caso, desde su nacimiento, el individuo se circunscribe a las funciones determinadas por el estado. Su precondición económica, cultural, politica y social le determina su función durante toda su vida, salvo aquellos que por excepcionales circunstancias modifican su predeterminación funcional. En este plano, las distintas formas que el sistema educativo escolarizado y social ha experimentado durante toda su historia, se circunscriben al modelo unilineal de la evolución humana diseñada por las sociedades industrializadas y que hoy proponen como novedosas y avanzadas. Tal es el caso de la educación por “competencias”, la cual responde a las nuevas necesidades de la reorganización mundial del trabajo. Desde luego que dicha “novedad” con más de 50 años de existencia, no resulta negativa en lo absoluto, sin embargo, en países dependientes como los nuestros son más las preguntas que las respuestas frente a dicho modelo, entre ellas, ¿cómo conciliar una sociedad civil que no es una sociedad civil con los intereses particulares de la colectividad etárea, étnica y emergente?, ¿cómo equilibrar las demandas de la globalización tecnológica con el rezago de las formas productivas de la población campesina, indígena y urbana salvadoreña?
 
Consideraciones preliminares sobre la organización comunitaria
 
La condición de líder.
 
Sin lugar a dudas que las comunidades han alcanzado niveles de organización supratemporales, es decir, mas allá de lo que pudiera corresponder a su tiempo de conformación geográfica. Posiblemente, estos niveles de organización se deban a que beuna parte de la población ha heredado formas de organización practicadas durante el conflicto armado en este país, aunque no todas las personas tienen el mismo origen geográfico y étnico, todavía persisten formas simbólicas y étnicas básicas de la organización comunitaria, mismos que facilitan la interacción simbólica al interior de la comunidad. Al respecto es importante destacar que pese a las diferencias socioeconómicas que se presentan entre las familias de las comunidades, la integración a proyectos de bienestar comunitario constituye el simbolismo mágico que sostiene las formas de organización a las que nos referimos.
 
En esta lógica organizativa, distinguiremos dos tipos de líderes encontrados en las comunidades visitadas: 1) comunitarios y 2) coyunturales.
 
Líderes comunitarios  son aquellos que poseen la sabiduría, la experiencia y la edad cronológica para asumir el cargo. Parece evidente que estos lideres se ocultan detrás del activismo social de las nuevas generaciones, entre ellos, los que ahora surgen como lideres coyunturales. Parece ser que cada líder comunitario posee su propio territorio, su propio espacio, esto significa una segmentación de poder al interior de las comunidades en su conjunto, lo que en próximos años puede convertirse en un problema de lucha por el control social (político, ideológico, cultural, económico, institucional) en las comunidades.
 
Líderes coyunturales son aquellos surgidos durante el proceso de formación de las comunidades en su conjunto o su localidad. Como apuntamos anteriormente, la relimitación del espacio comunitario está en marcha, en ello, la creación de núcleos habitacionales confiere elementos de poder al interior de toda la comunidad, en tal caso, los lideres comunitarios permiten que lideres coyunturales activen las condiciones necesarias para la formación de redes sociales que faciliten el intercambio de cosmovisiones locales de intención integral.
 
 
La condición socioeconómica
 
Como sucede en la mayoria de comunidades rurales del pais, su condicion socioeconomica es de pobreza. En terminos generales, la precariedad economica esta asociada al moviemiento migratorio de su población y la condicion precisa de pasar de una sociedad politica a sociedad civil, es decir, de modificar sus propias normas, valores y reglas de organización social. Aunque en esencia su precariedad economica es producto de un sistema anacronico del ordenamiento productivo y social del estado nacional, la relacion migración-economia se construye a partir de un precepto economico. Se trata de campesinos que de alguna manera participaron en el conflicto armado y que ahora atienden labores agrícolas basicas para la subsistencia. Precisamente el constante movimiento migratorio, la inseguridad social, el poco arraigo a la tierra como su medio original de vida, entorno hostil, inseguridad en el devenir de sus nuevas generaciones, inexistencia de una tradición agrícola domestica (economia capesina) y otros tantos, constituyen elementos predominantes del estatismo registrado en las comunidades.
 
 
 
Entorno, lenguaje y cultura social
 
Definitivamente el entorno al que se circunscriben las comunidades tiene impacto en el desarrollo de las mismas y fundamentalmente en el desarrollo sicologico, social, cultural y humano de los menores. Tal parece que la actividad economica principal (comercio) y secundaria (agricultura) no se reproduce culturalmente como sucede en la mayoria de las comunidades campesinas, en cierto modo, la tendencia principal es cambiar el trabajo asalariado o convertirse en pequeños comerciantes de nivel mercantil simple. Este nuevo concepto de vida genera cambios en la cultura de desarrollo de la población infantil. Los niños son educados desde una concepción primaria de la percepción del mundo y en su lenguaje aprenden formas lingüísticas estructuradas por sus padres o hermanos mayores mediante el uso de códigos cerrados con el objetivo de garantizar a los menores el manejo de simbolismos nomoteticos de uso social. Hasta cierto punto, parece ser que la restricción del lenguaje constituye una de las formas y mecanismos de resistencia social en la que el grupo familiar y particularmente los padres, se aseguran la pertenencia propia y de los menores al grupo familiar. Desde lo perceptivo, la forma y contenido que los menores pçerciben el mundo, constituye el principio basico de su conducta sensoperceptiva, en este caso, los objetos, figuras, formas y otros tantos que comprenden una clara relacion con el medio humano y material.
 
 
La importancia del concepto de vivienda campesina
 
Aunque no analicemos la importancia del diseño de vivienda en la formación psicologica y sociocultural de las unidades familiares campesinas, es propicia la ocasión para señalar algunos puntos. En el caso de las comunidades de suchitoto, el diseñoi de las viviendas presenta un conjunto de valores multiples y sumamente heterogeneos. Por una prte encontraremos viviendas con diseño tradicional campesino, en ellas, el espacio contiene simplemente un valor de uso y su funcion principal es la delimitacion territorial y la presencia etnica. Por otra parte, encontramos viviendas con diseño y material de construccion semi-urbano en cuyos casos el mensaje al resto de la comunidad tiene como proposito reafirmar la pertenencia etnica, pero estratificada. Curiosamente, el espacio sigue presentando un valor de uso con algunas manifestaciones de valor de cambio, e decir, el mensaje simbolico del poder y la diferenciación social.
 
 
 
La condicion sociocultural
                            
1.conformacion de lenguaje simblico y fonologico de uso comun dirigido especialmente hacia la estructuracion de un lenguaje codificado
2.Ordenamiento de un sistema de cargos orientado al fortalecimiento de REDES afecto-sociales
3. ordenamiento de un sistema de normas y valores propicios para la defensa del territorio a partir de formas tradicionales de vida en su nivel familiar y comunitario
4. fortalecimiento de sistemas endoculturales con cierta tolerancia a procesos de aculturacion
5. Estratifiacion social y surgimiento de individuos, grupos y familias de poder a partir del activismo social y en algunos casos del poder adquisitivo
 
 

[1] Ticas, Pedro, “Economía, migración y narrativa campesina salvadoreña”, Ed. Utec, El Salvador, 1999. Pág. 86
[2] Ticas, Pedro, Op. Cit.
[3] Fabregas, Andrés, Antropología politica, Ed. Prisma, México, 1976. Pág. 31
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  Pedro Ticas  
 
 

 
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