Alcances y limitaciones del modelo educativo basado en competencias: el caso salvadoreño.
Consideraciones antropológicas. Segunda parte (noviembre de 2012)
El contexto educativo salvadoreño
Es posible que uno de los principales problemas del contexto educativo nacional se origine en la débil y fragmentada inestabilidad organizativa de la educación que se revela en la continua modificación de su conceptualización y su práctica, las cuales siempre dependen y se hallan determinadas por el volumen de donaciones y la caridad internacional o por las disposiciones políticas arbitrarias de quienes administran el estado nacional. Por ello, el problema de lo que denomino CONTEXTO EDUCATIVO resulta ser más importante en la educación salvadoreña que el mismo desarrollo y sistema educativo salvadoreño. Como he señalado en otro apartado, este país ha resultado ser el perfecto laboratorio experimental de cualquier ocurrencia occidental tanto en lo económico, político, cultural, educativo y social. Dicha condición de subordinación permite que los Contextos en cualquiera de esas esferas de la vida influyan con más celeridad y determinación, incluso sobre la misma realidad nacional a la que se imponen aparentes verdades que sólo existen mientras existen los elementos político-económicos que le dan vida.
Si el Contexto Educativo determina la educación, entonces el Sistema Educativo Nacional resulta una utopía que solo se supera con la renuncia a la inmediatez, la espontaneidad y la experimentación continua para transformarla en una concreción porque es la síntesis de múltiples determinaciones y por tanto unidad de lo diverso. Dicha construcción epistemológica nos resuelve el problema de entender la educación como la categoría que reúne todos aquellos elementos que la realidad, lo empírico, lo teórico, lo conceptual, lo histórico y filosófico nos proporciona. En tal sentido, debemos distinguir el asunto de la Educación en virtud de uno de sus componentes, esto es, la pedagogía. La educación es Saber, lo pedagógico consiste en Cómo Saber. Por ello la articulación mecánica de lo pedagógico con lo administrativo sólo produce una seria y lamentable confusión epistemológica, metodológica y empírica. La aplicación pedagógica resulta del Saber, constituye en sí misma un principio básico de corrientes o escuelas de pensamiento histórico y contemporáneo que exponen, explican, interpretan o describen la realidad, el conocimiento pedagógico transforma.
La apuesta educativa de enseñar y formar sólo figura en el imaginario histórico-social. Frente a tal realidad, sólo apenas algunos efímeros ensayos educativos realizados de manera fugaz han logrado que la sociedad no deje de ser dinámica. Su dinamismo, aunque predominantemente empírico ha generado procesos socioevolutivos que le han permitido la coexistencia entre lo anacrónico y lo sincrónico, empero, dicha situación también le ha significado la plena desarticulación de esos mismos procesos sociales que por más de 50 años no han conducido a la conformación integral, sistémica y congruente entre el Saber y el Hacer, entre la Idea y lo Empírico, entre Teoría y Práctica. Aunado a ello, el problema se agrava debido al poco interés del estado por invertir en la educación en todos sus niveles. Tal parece que la deficiencia y desinterés histórico por la educación escolarizada (gráfica 3.12) continúa poniendo en evidencia sus enormes carencias y en consecuencia, la ausencia de capacidad competitiva de la población en general, aunque como siempre, con pocas excepciones.
Desde hace más de 50 años, El Salvador se ha convertido en un país con amplia y total dependencia de las incursiones experimentales de diseñar y aplicar modelos educativos disfuncionales de la realidad nacional, la cual, paradójicamente, se convierte en el referente más importante para la ejecución de proyectos, programas y planes educativos dictados predominantemente por algunos organismos internacionales que continúan haciendo de este país, un verdadero nicho que garantice su propia existencia, lo cual, dicho de otra manera significa que la subordinación económica nacional no solo determina la precaria inversión en educación sino también la carestía de la producción intelectual para la elaboración del diseño educativo propio, con visión de nación y con el compromiso histórico de pagarle a la población la deuda educativa del estado y de algunos grupos de poder económico. Naturalmente, tal carestía intelectual no significa ausencia de inteligencia nacional capaz y pertinente para la elaboración de una política educativa coherente con la historia, realidad y compromiso, más bien, la carestía consiste en el desinterés y apatía de casi todos aquellos que participan en las decisiones primarias del estado político nacional y que hasta ahora se han conformado con simples reproducciones, asimilación y copias mecanicistas de casi cualquier modelo educativo extranjero si es que esto le significa donación, financiamiento o caridad pese a que en realidad, en este país son los mismos hogares quienes financian la educación. Según el mismo banco mundial, en este país el gasto público en educación no ha variado sustancialmente. Por ejemplo, solo en los últimos años, es decir, en “2007(3.1% PIB), 2008(3.7%PIB), 2009(S/D-sin dato), 2010(3.2%PIB), 2011(S/D), 2012(S/D)” no ha habido transformaciones significativas en el rubro educativo. Esto se debe a que la educación, entre otras cosas, continua siendo tratada como GASTO PUBLICO y no como INVERSION PUBLICA sobre todo si consideramos que en El Salvador el principal financiamiento deviene de la misma sociedad, al menos así lo muestran los datos proporcionados por el PNUD que estima que solo para el caso del año 2007 el “gasto total en educación en 2007 fue equivalente al 6.7% del PIB, del cual el 50.9% fue financiado con recursos de los hogares y otros recursos privados; el 46.5% con recursos del gobierno central y el 2.6% restante con donaciones internacionales”.
Ciertamente el problema de la educacion en El Salvador tambien incluye las posibilidades reales de inversion de la economia familiar. Si los hogares constituyen la princiapl fuente de financiamiento de ese rubro, naturalmente nos enfrentamos a un doble problema, esto es, la distribución del volumen de dinero percibido por grupo familiar para asuntos de subsistencia alimentaria, servicios, vivienda, salud, transporte y educacion. Al respecto, todo indica que el total de ingreso economico familiar se orienta funamentalmente a satisfacer esas necesidades, lo que obstaculiza, coharta o limita acceder a mejores formas de desarrollo de la unidad familiar que incluya las demas necesidades para el desarrollo humano o al menos, para vivir como seres hemanos. Con todo y las enormes limitaciones en sus servicios básicos, asi como los de orden económico, cultural, social y otros tantos, más del “75% de las familias salvadoreñas que viven con menos de dos dolares diarios” deben distribuir el ingreso de tal suerte que les permita invertir (gráfica 3.13) en la educación de su núcleo familiar. No se require elaboracion de analisis para comprender el comportamiento de la masa poblacional que logra ascender a mayores niveles de educaicon escolarizada si tomamos en cuenta en primer lugar el nivel de importancia que tiene la educación para la población (gráfico 3.1) y en segundo lugar, el porcentaje de estudiantes que ingresan a educación media y educacion superior (gráfico 3.15), lo cual, a simple vista, refiere una reduccion de la masa de personas que logran obtener una profesion universitaria.
De acuerdo a las condiciones señaladas, el problema educativo nacional se torna complejo por su inestabilidad, incongruencia, insostenibilidad, carencia de rumbo definido, constante acomodo y reorientación metodológica, técnica y empírica en función de las ocurrencias de donantes externos y a la permanente inmediatez, quizas por ello, como señalamos anterioremtne, la construcción del Sistema Educativo Nacional propio y autónomo resulta imperativo tanto por su proyección como por su dignificación. En medio de tal situación, para comprender el fenómeno de la Educación Basada en Competencias en El Salvador, desarrollaremos 8 apartados:
1º. ) Los orígenes sustanciales del modelo
Dos parecen ser las propuestas más importantes en el asunto del modelo por competencias. Primero el proyecto Tunning planteado por la unión europea y segundo el proyecto deseco (Definición y Selección de Competencias) que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- OCDE. Por obvias razones, los estados miembros de dicha organización deben integrarse a sus políticas y directrices. Pero lo cierto es que aunque la OCDE defina los tipos de vida en las sociedades dependientes y en ello, las maneras en las que habrá que educar y educarse, las soluciones que propone continúan siendo ajenas e impropias para la realidad histórica de estos países.
Desde su origen, el modelo por competencias, aplicado a sociedades no occidentales presenta dos limitaciones básicas. Primero, el desarrollo de las competencias es medido a través de instrumentos estandarizados que en síntesis no aplican a las realidades educativas, formativas, culturales e históricas de todas las sociedades. Como exponemos más adelante, dicho determinismo corre el riesgo de continuar la antigua idea del desarrollo social unilineal-evolutivo a la usanza de los pueblos occidentales planteado por los evolucionistas y positivistas. El segundo problema consiste en considerar que la calidad debe discutirse en términos de puestos de escala (Moreno, 2010: 79) comparando nuevamente sociedades diametralmente opuestas y en condiciones diferentes. Así las cosas, para evaluar resultados, los instrumentos configuran indicadores (denominados ahora competencias, Moreno, 2010: Óp. Cit.) como elementos substanciales del Currículo. Al respecto, esta forma mecánica de asumir “resultados del conocimiento” en clara analogía con la producción material mecanicista muestra algunas contradicciones. Quizás una de los más importantes es que el asunto de las competencias se mide como producto, en tanto, el Currículo que supondría la figura de “proceso” para la adquisición de esas competencias individuales, contiene contradicciones, vacíos y una estructura que no parece sistémica para el conocimiento, si no, más bien, orientada a fuertemente a una construcción PARALELA del saber, es decir, aislado, desarticulado del resto de lo que pretende ser “sistema” de tal suerte que los individuos se forman mediante capsulas de conocimiento instructiva referida predominantemente a pequeñas partes o etapas de todo el proceso.
En simples términos, de acuerdo a los intereses económicos de la OCDE, su modelo educativo por competencias insertadas en el mercado laboral todavía resulta muy impreciso para cumplir, incluso, con los objetivos de su diseño, tanto teórica como metodológicamente, esto, sin tomar en cuenta las dificultades prácticas de su aplicación, la inserción del mismo modelo en los sistemas educativos particulares de cada nación y las formas en las que dicho modelo podrá ser aplicado en las singularidades territoriales, culturales, históricas y poblacionales de la diversidad, multiculturalidad y pluralidad étnica, económica y social de los estados actuales.
2º. ) El problema de la educación nacional
“….históricamente, la formación y capacitación de maestros en El salvador ha pasado por etapas diversas que van desde el empirismo docente (maestros sin formación inicial o débil base académica) hasta maestros que han pasado por una escuela normal, instituto tecnológico o la misma universidad. En el caso de estos últimos, se advierte una heterogeneidad de enfoques y estrategias de formación, que no siempre ofrecen garantía para un desempeño profesional de calidad. La falta de una política coherente y de una eficiente planificación ha dado respuestas emergentes e inmediatas, a medida que surgen las necesidades o se enfoca el problema…”
Sin duda El salvador ha sido históricamente una de las sociedades que más ha servido como laboratorio de experimentación de casi cualquier ocurrencia del mundo industrializado. El laboratorio económico, político, social, cultural, biológico, agrícola, médico y todos los existentes como inexistentes han sido experimentados en una sociedad acostumbrada a la asimilación y adopción de modelos y diseños elaborados por los países acreedores del estado político salvadoreño. A todo ello no escapa la experimentación de modelos educativos experimentales propios de las ciencias fácticas provistos por la ausencia de lo nacional, de lo propio. Pero la ausencia de lo propio no es casual. Resulta de la negativa histórica de los administradores del estado nacional (algunos grupos de poder económico y aparato gubernamental) de conceder espacios a la inteligencia nacional en todos los órdenes de la producción humana. Resulta en última instancia, a la desestimación de la creatividad intelectualidad salvadoreña, a la falta de identidad y nacionalismo, a la ausencia de un proyecto de nación, a la aceptación e interés de continuar haciendo de este país una sociedad dormitorio de fuerza de trabajo no calificada, mecánica, asimiladora y reproductora de las invenciones casuísticas de algunos organismos o sectores públicos o privados internacionales que entre otras cosas, encuentran en este país el nicho perfecto concedido por un aparato administrativo incipiente y deficiente en el cual pueden resguardar sus intereses menoscabando con ello el crecimiento y desarrollo nacional.
Aunque históricamente el asunto de la educación nacional no ha sido objeto de especial atención e interés del estado político salvadoreño, ciertamente las nuevas formulaciones y condiciones del conocimiento impuestas por el mundo anglosajón y sus políticas de producción científica han obligado a que los estados tradicionalmente rezagados se esfuercen por ser parte de dicha dinámica. La situación no se resuelve fácilmente. Más de 500 años de olvido y abandono histórico de los países pobres, dependientes y sumisos no pueden ser superados en un solo siglo, aún y con toda con la magia de las llamadas “nuevas tecnologías educativas” orientadas predominantemente hacia la telemática, dichas ideas han provocado que las sociedades más rezagadas, sin historia del pensamiento y de su pensamiento, se confundan fácilmente sobre la función de la tecnología educativa expresada en la informática y el conocimiento teórico requerido para el progreso y desarrollo humano.
Esta Neo-receta anglosajona que ahora se disfraza en ciencia tecnológica vendida como la panacea para los países improductivos, con sociedades y gobiernos inmaduros con poco o nulo interés por el SABER, parece ser que nuevamente pone en evidencia el interés de los países industrializados por generar maquileros y operarios que se destrocen en el débil mercado nacional sobre el valor de la relación dinero-trabajo sustituida por la relación dinero-mercancía. Esta modificación explica por qué esta forma de composición capitalista salvadoreña se halla más interesada en convertir el trabajo en una forma de mercancía de intercambio equiparando el valor de las mercancías materiales con el valor de la fuerza de trabajo. Así las cosas, el conocimiento (Saber) se reduce a la mínima expresión y su valor se establece de conformidad con el valor comercial de las mercancías, incluso ----en el plano estrictamente comparativo con la producción material---, fuera de la esfera del proceso de producción o proceso de trabajo. En tanto, el instruccionismo (Hacer) adquiere formas de valor temporal, propio de la SUBSUNCION REAL fácilmente intercambiable en el mercado.
3º. ) Las competencias en educación: ¿conocimiento o instruccionismo?
Nos enfrentamos al siglo de las llamadas “competencias” que sin lugar a dudas, nuevamente surgen con la misma facilidad con la que fueron planteadas y ejecutadas en este país hace 60 años durante el intento de convertir a El Salvador en un país con ciertos destellos de producción agroindustrial. Ciertamente, eso que llaman “competencias” derivadas de la visión mercantilista de la producción material e intelectual humana, en este país y quizás en términos generales en todos los países pobres y dependientes resulta ser más conocida que sus propias historias. Solo debido a sus propias competencias, los pueblos pobres han logrado sobrevivir a los embates y disposiciones políticas, económicas y jurídicas, a los vejámenes históricos, el hambre, el analfabetismo y la desnutrición impuestas por el mundo industrializado que dicho de otra manera significa que esa RECETA ya ha sido asimilada, digerida, padecida y curada por los mismos pueblos. Empero, pese a las bondades que arroja el precepto de las “competencias” de orden económico-laboral al proceso de desarrollo de habilidades y cierto nivel cognitivo inducido, lo cierto es que dicho concepto abordado desde la perspectiva predominantemente TECNICA, OPERARIA E INSTRUCTIVA corre el riesgo de revivir la antigua doctrina evolucionista que postula la sobrevivencia del más apto, del más capaz y asumir en consecuencia que las “competencias” son resueltas por las capacidades individuales excluidas de la concatenación histórica y de las propias realidades sociales, culturales, económicas y políticas de cada sociedad. Si bien, el pensamiento o la propuesta de formar “competencias educativas” formuladas inicialmente por el sicologismo conductista, luego por el constructivismo cognitivo y ahora vistas en función de la colectividad para la incorporación al mercado laboral puede representar avances notorios en el contexto globalizador de servicios, también puede significar la profundización de la tendencia ideológica de suponer la superioridad racial, social, genética e histórica de un pueblo sobre otro. El problema principal no consiste en la apuesta social a formar una sociedad competente sino del olvido de las particularidades históricas, culturales, sociales y económicas que hacen la diferencia entre las sociedades industrializadas y las sociedades de sobrevivencia-subsistencia como la salvadoreña. Ahora, la sobrevivencia ya no se expresa únicamente de forma alimentaria, hoy, la sobrevivencia también incluye al conocimiento. Sobrevivir es conocer y conocer determina las condiciones en las que habrá que existir. Pero resulta que dicho proceso de asimilación del conocimiento reviste total importancia en quienes históricamente han preparado las condiciones para su actual exigencia. La era de la información nace hace más de 30 años y ahora, como es normal, se exige pasar de la “información” a las llamadas “sociedades del conocimiento”. Al respecto conviene comprender que dicho conocimiento no se expresa de forma simétrica, equitativa para todas las sociedades. El conocimiento que los países industrializados demandan del mundo pobre, esclavo o dependiente requiere únicamente de que estos países pobres reproduzcan, repitan y memoricen ciertos estados y niveles de conocimiento común de manera que las dimensiones de su pensamiento alcancen los niveles básicos, primarios del pensamiento concreto, dirigido, predeterminado y fortalecido por el empirismo a ultranza, por el empirismo más radical y anticientífico. En tales condiciones, el pensamiento abstracto y complejo no tiene la menor cabida ni la menor oportunidad. Así se muestra en las esferas de lo político, cultural, educativo y gubernamental de la sociedad salvadoreña, aunque, claro, con algunas excepciones. Se confunde la instrucción (HACER) con el SABER, la ciencia con la ACCION, la PRACTICA con el PRACTICISMO y la VERDAD con la REALIDAD, todo ello como producto sostenido del positivismo y constructivismo mal entendido y reducido predominantemente al plano pedagógico-operativo y técnico.
En realidad el asunto de las llamadas “competencias” se encuentra sumamente vinculado al concepto educativo desarrollado en este país desde hace 50 años. Las tan llevadas y traídas “capacitaciones” para la producción material o intelectual todavía resultan ser un enorme adeudo del modelo educativo, formativo, instructivista y técnico del modelo anglosajón impuesto en esta nación. Contrariamente a su tan llevada y traída teoría del desarrollo, el progreso y la innovación, ahora esta nación figura como uno de los países más pobres, analfabetas, improductivos, violentos y rezagados en casi todas las esferas del desarrollo humano, especialmente en el caso científico, académico, educativo, y otros tantos que hipotéticamente debieron desaparecer hace 50 años con la innovación educativa, la innovación tecnológica y la producción en serie de individuos capaces, competentes y competitivos en el mercado de trabajo que harían de este país, el sueño americano de los centroamericanos. Nada ha sido históricamente más falso que dicho precepto. Por el contrario. La pobreza, el desempleo, la improductividad material e intelectual y la conversión de una sociedad con identidad se han transformado en un mercado de valores propios de la economía libre de mercado en la que no solo se venden las mercancías materiales sino también, la conversión del ser humano en mercancía a la usanza del período esclavista y feudal.
De conformidad con lo dispuesto por el formato educativo anglosajón para países sin producción de ninguna naturaleza, las llamadas “reformas educativas” han consistido predominantemente en pequeños reacomodos de orden técnico que ponen en entredicho el concepto mismo de “sistema educativo” como se ha dado por llamar a una serie de procesos, etapas y momentos que desarrolla el formato escolarizado de la educación nacional, la cual, efectivamente no muestra la articulación sistémica básica para la formación y producción de pensamiento. En realidad, en este país, ha persistido el modelo anglosajón de INSTRUIR sin EDUCAR. Se trata de la producción masiva, constante y en serie de una gigantesca masa de técnicos operarios que resuelvan mediante la conexión de sus habilidades con el quehacer maquilero de la economía, la educación, la salud, la política, el gobierno, la cultura y la misma historia, asi como las distintas circunstancias y problemas tecno-mecánicos de sus propias realidades. Por ello, “el mundo anglosajón y sus interminables recetas tecno-educativas se empeña en formar técnicos para abaratar el valor de la fuerza de trabajo. Con ello, la sustitución de las funciones en el mercado capitalista de trabajo reduce los costos y acelera la reproducción ampliada del capital. Así, el conocimiento no adquiere ningún valor, aparece substituido por la actividad física y los procedimientos tecno-mecánicos del trabajo. El conocimiento se convierte en un simple proceso maquilador operario en el que se vende o intercambia en el mercado de valores nacional e internacional el trabajo simple o complejo de los individuos, los países dependientes y sus estructuras gubernamentales como simples mercancías de depósito, sin conocimiento, sin pensamiento”.
PNUD, Informe sobre desarrollo humano El Salvador, 2010 De la pobreza y el consumismo al bienestar de la gente. Propuestas para un nuevo modelo de desarrollo. Pág. 128
PNUD, Informe sobre desarrollo humano El Salvador, 2010 De la pobreza y el consumismo al bienestar de la gente. Propuestas para un nuevo modelo de desarrollo. Pág. 129
PNUD, Informe sobre desarrollo humano El Salvador, 2010 De la pobreza y el consumismo al bienestar de la gente propuestas para un nuevo modelo de desarrollo. Págs. 110-111
PNUD, Informe sobre desarrollo humano El Salvador, 2010 De la pobreza y el consumismo al bienestar de la gente propuestas para un nuevo modelo de desarrollo. Págs. 132